Los reflejos son la respuesta o reacción automática de
los bebés, desencadenada por algún estímulo exterior. Depende de los reflejos
la capacidad del bebé para adaptarse y tener un mayor control sobre su cuerpo y
el ambiente.
LOS REFLEJOS PRIMARIOS DEL BEBE
Son los que manifiestan el bebé en el momento de su
nacimiento y que algunos pueden desaparecer en algunos meses. Por ejemplo:
Movimiento de los pies. Cuando se sostiene al bebé por
las axilas y en posición vertical, se consigue que el bebé mueva los pies como
si estuviera queriendo caminar. Este reflejo suele mantenerse por unos cuatro
meses.
Giro de cabeza. Cuando se acuesta al bebé sobre su
espalda, se consigue que el bebé gire la cabeza hacia un lado, a la vez que
mantiene sus brazos estirados hacia arriba. Dura unos tres meses.
Presión en las manos o reflejo Prensil. Cuando se
coloca un objeto en una mano del bebé, él intentará cerrarla. El contacto que
se establece entre la persona y el bebé favorece al vínculo afectivo. Suele
desaparecer a los 6 meses.
Presión en la boca o reflejo de Succión. Cuando se
coloca o se roza suavemente un objeto en los labios del bebé se le provoca la
succión. Puede durar hasta el cuarto mes.
Presión en los pies. Cuando se roza la parte de arriba
del dedo pulgar del pie de los bebés, ellos flexionarán automáticamente todos
los dedos. Dura hasta los nueve o doce meses
Reflejo de los lados o de equilibrio. Cuando el
médico, al levantar al bebé alzándolo de un costado, éste encogerá la pierna de
arriba mientras que estira la otra dejándola "colgar". Se comprueba
así su sentido de equilibrio.
LOS REFLEJOS SECUNDARIOS DEL BEBE
Son los que se manifiestan a lo largo de los primeros
meses de vida del bebé y que también pueden desaparecer con el tiempo. Por
ejemplo:
Reflejo de Galant. Cuando al pasar la mano por la
parte baja de la espalda y hacia los lados del bebé, se observa que él arquea
ligeramente el cuerpo hacia arriba y hacia los lados. Puede durar hasta el año
de nacido.
Reflejo del Moro. Cuando se pone el bebé tumbado sobre
una superficie blanda y se le sostiene y tira por las muñecas, separándolas un
poco, y dejándole caer hacia atrás. El bebé abrirá los brazos y los echará
hacia delante como si de un impulso quisiera dar un abrazo. Luego llora. Dura
hasta el cuarto mes de vida.
Reflejo de Búsqueda. Cuando se toca o acaricia los
labios de la boca del bebé, él vuelve la cabeza y abre la boca para seguir o
buscar en la dirección del contacto. Eso ayudará al bebé a encontrar el pecho o
el biberón para alimentarse. Al primer mes el bebé puede girar la cabeza en
busca de lo que ha sido puesto en sus labios.
Reflejo de Arrastre. Cuando el bebé, colocado boca
abajo, intentará mover sus piernas para avanzar gateando. Se puede ayudarlo
colocando los pulgares bajo los pies del bebé. Le servirán de apoyo. Este
reflejo suele mantenerse hasta los tres meses de vida.
Reflejo de Landau: Cuando al suspender al bebé en
posición ventral, su tronco se endereza, la cabeza se eleva y los pies y brazos
se estiran. Suele aparecer por el cuarto mes y desaparecer por el décimo mes.
Reflejo del Paracaídas: Cuando se sujeta al bebé por
los costados boca abajo y se lo inclina hacia delante, él reaccionará
extendiendo los brazos y abriendo las manos. Aparece por los seis meses y
desaparece por los nueve.
Reflejo del Gateo: Cuando al poner el bebé acostado
sobre su barriguita y en una base sólida y segura, se puede notar que
automáticamente él se pondrá en posición de gateo. Suele aparecer por los 6 o 7
meses hasta que empieza a caminar.
Reflejo del Paso: Cuando al tomar el bebé alrededor de
su barriga, sujetándolo por debajo de sus axilas y tratando de ponerlo de pie,
el bebé empezará a realizar movimiento como si estuviera dando sus primeros
pasos, al tocar sus pies a una base sólida. Así empieza el proceso para que el
bebé aprenda a caminar.
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