El APEGO
Se define como una vinculación afectiva intensa,
duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos
personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato
es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto
proporciona seguridad, consuelo y protección.
Fases del apego
Etapa de pre apego
La fase o etapa del preapego se
desarrolla entre las 0 y 6 primeras semanas de vida del bebé. En ese momento el
pequeño podrá aceptar a cualquier persona que le brinde comodidad. Los reflejos
que fueron determinados de manera genética cuentan con un gran valor para su
supervivencia, además tendrá la capacidad de responder a los estímulos de los
demás.
Comienza a darse un reconocimiento
rudimentario con la madre, reconoce la voz y prefiere está a la de cualquier
otra persona, si bien aún no se puede decir que exista un vínculo de apego
propiamente dicho.
Etapa de la formación
del apego
Una etapa que tiene lugar entre los
seis y ocho meses. El niño siente cierto grado de ansiedad cuando se separa de
las personas, pero no únicamente ante la ausencia de la madre. Seguramente
responderá a su madre de una manera más clara de lo que había hecho hasta ese
momento, seguirá su mirada.
Etapa del apego
propiamente dicha
La etapa del apego propiamente dicho
tiene lugar desde los seis u ocho meses hasta casi los dos años de vida. Esta
fase es realmente importante, se crea un vínculo efectivo muy fuerte con su
madre. En este momento de su vida se sentirá muy molesto y enfadado si su
figura desaparece. Disfruta estando en compañía de ella y muchas de sus
acciones se realizarán para atraer su atención y las harán en presencia de
ella.
Etapa de la formación
de las relaciones recíprocas
Una etapa que tiene lugar desde los
dos años en adelante. En ella el niño entenderá que la ausencia de la madre no
es algo definitivo y podrá calmar su ansiedad. Además, aparecerá el lenguaje y
tendrá la capacidad de representarse mentalmente a su madre, lo que podrá
ayudarlo a la hora de predecir su regreso.
Lo ideal en esta etapa de la vida es
que la madre le explique, sin entrar en muchos detalles, los motivos de su
salida y el tiempo que estará ausente. Los niños que tienen una explicación de
este tipo suelen llorar menos que los que no la tienen.
Tipos de apego
Se establecen cuatro categorías:
Apego seguro: Se
da en el 65% de los bebés. Los bebés con este tipo de apego exploran de forma
activa mientras están solos con la figura de apego, y pueden intranquilizarse
visiblemente cuando los separan de ella. A menudo el bebé saluda a la figura de
apego con afecto cuando regresa, y si está muy inquieto, tratará de entrar en
contacto físico con ella. Estos bebés son sociables con extraños mientras la
madre está presente.
Apego resistente: Se
da en un 10% de los bebés. Los bebés con este tipo de apego tratan de
mantenerse cerca de la figura de apego y exploran muy poco mientras ella está
presente. Se inquietan mucho cuando ésta se marcha, pero cuando regresa su
reacción es ambivalente: permanece en su cercanía, pero pueden resistirse al
contacto físico con ella mostrándose molestos por el abandono. Se muestran
sumamente cautelosos con los extraños, aún en presencia de la figura de apego.
Apego evasivo: Se
da en un 20% de los bebés. Los bebés con este tipo de apego muestran poco
malestar cuando son separados de la figura de apego y generalmente rehúyen de
ella cuando regresa, aunque ésta trate de ganar su atención. Suelen ser
sociables con los extraños, pero pueden ignorarlos de la misma forma en que
evitan a su figura de apego cuando regresa.
Apego
desorganizado/desorientado: Se da entre un 5 y un 10% de los
bebés. Es una combinación de los patrones de apego resistente y apego evasivo. El
bebé puede mostrarse confuso permaneciendo inmóvil o acercarse para luego
alejarse de forma abrupta a medida que la figura de apego se aproxima.
¿Porque el docente debe conocer los diferentes estilos
de apego?
Ya que nosotros como docentes debemos conocer el
estilo de apego que surge en el niño cuando se está seguro de que la otra
persona estará ahí incondicionalmente, lo que facilita que aparezcan la
empatía, la comunicación emocional y hasta el amor entre estas personas. Así
podremos comunicarnos con el niño de forma que no se sienta asustado y así pueda
interactuar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario